¿No es esto un
privilegio? Cristo pisó nuestro planeta. Es un privilegio tener a una persona
distinguida en un lugar distinto a los que le acompañan por su dignidad. Pues
aquí el Creador, dignísimo en gloria y majestad, acostumbrado a las glorias
celestes, el que anda con familiaridad entre lo perfecto, bello, sublime, viene
a pisar nuestro mundo.
Pero El
Creador vino a este mundo y el mundo no le conoció. Le tuvo aquí, mas no fue
reconocido. Es un texto terrible porque el Señor se paseó sobre su mundo como
un extraño para él. Ni siquiera se le trató como un viajero que regresa a su
hogar, sino como un completo extraño del que nada se sabe. ¿Habrá más
perversidad del mundo que no reconocer a su propio Creador? ¿No es señal de
profunda ceguera no ver la Luz? ¿No es señal de muerte no haber percibido ni
siquiera su aroma? Si todo lo bueno tiene su aroma, ¿Por qué al tenerlo al
frente fue un extraño?
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