¿A qué le
atribuiríamos la resolución de unos a seguir a Cristo y el rechazo de otros a
hacerlo? ¿Por qué unos permanecen en indiferencia mientras que otros caen
humillados ante el Salvador bajo una misma predicación del Evangelio?
No podemos responder adecuadamente esta pregunta considerando la capacidad humana. Alguno puede decir que el hecho que unos crean y otros no se debe a que él hizo las cosas correctas y los demás no. ¿Así que la diferencia es que eres más inteligente que los demás? ¿Eres más despierto? ¿Eres más sensible? Si afirmas alguna de esas cosas, tú estás diciendo que la diferencia la hiciste tú por el tipo de persona que eres. Pero creo que no habrá muchas personas aquí que se den tanto crédito.
No podemos responder adecuadamente esta pregunta considerando la capacidad humana. Alguno puede decir que el hecho que unos crean y otros no se debe a que él hizo las cosas correctas y los demás no. ¿Así que la diferencia es que eres más inteligente que los demás? ¿Eres más despierto? ¿Eres más sensible? Si afirmas alguna de esas cosas, tú estás diciendo que la diferencia la hiciste tú por el tipo de persona que eres. Pero creo que no habrá muchas personas aquí que se den tanto crédito.
La verdad, la
diferencia tiene que ver con Dios. La doctrina del llamamiento eficaz puede ser
más diciente si la llamamos Gracia Irresistible para atribuirle todo poder a
Dios para dar vida nueva, convicción de pecado, fe y arrepentimiento a los que
escuchan el Evangelio, pero para hacer esto según Su propia voluntad. Esta
doctrina tiene que ver con la operación de Dios en el pecador para la
aplicación de la obra redentora a su vida. La elección incondicional de los
elegidos se dio antes de la fundación del mundo. La obra de Cristo en la cruz
por ellos también ocurrió en otro tiempo. Pero llega un momento en que esta
obra se aplica a la vida del elegido.
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